CIUDAD ACUÑA, México/WASHINGTON, Estados Unidos.- El enviado especial de Estados Unidos para Haití renunció en una carta en la que criticó a Washington por deportar desde un campamento en la frontera con México a cientos de migrantes a la nación caribeña, que vive momentos de profunda inestabilidad y una crisis de pobreza y violencia inusitadas. “No seré asociado con la decisión inhumana y contraproducente de Estados Unidos de deportar a miles de refugiados e inmigrantes irregulares haitianos”, aseveró Daniel Foote en una misiva dirigida al secretario de Estado, Antony Blinken.
La nación caribeña, la más pobre del hemisferio occidental, ha atravesado una profunda inestabilidad en los últimos meses, debido al asesinato de su presidente, la violencia de las pandillas y un gran terremoto.
Estados Unidos ha retornado a 1.401 migrantes del campamento situado en la ciudad estadounidense Del Río, Texas, a Haití y detenido a otras 3.206 personas, informó el Departamento de Seguridad Nacional el miércoles por la noche. El 18 de septiembre, había unas 15.000 personas en el campamento.
La población se redujo a alrededor de 4.000 por vuelos de expulsión, detenciones y liberaciones. Otros abandonaron la orilla del río Bravo hacia México para evitar ser enviados a casa.
Filippo Grandi, director de la agencia de Naciones Unidas para los refugiados (Acnur) ha advertido que las expulsiones de Estados Unidos a Haití podrían violar el derecho internacional.
La renuncia de Foote sigue a la creciente presión sobre la administración del presidente estadounidense Joe Biden, proveniente de la ONU y de sus compañeros demócratas, por el trato que se les dio a los haitianos en el campamento de migrantes cerca de la frontera con México.
El manejo de Biden de lo que los republicanos describen como una crisis en la frontera, con un número récord de detenciones de migrantes este año, ha llevado a una desilusión de los abogados defensores de derechos humanos que esperaban el fin de las medidas disuasorias introducidas por su predecesor, Donald Trump.
El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, rechazó las críticas de Foote. “Este es un momento desafiante que requiere liderazgo. Es lamentable que, en lugar de participar en un proceso de políticas orientadas a encontrar soluciones, el enviado especial Foote haya renunciado”, dijo.
La decisión de Foote fue acogida por grupos de derechos civiles como una crítica severa a la estrategia de la administración. Las dramáticas imágenes de guardias fronterizos a caballo blandiendo látigos a los solicitantes de asilo causaron la indignación de los grupos de derechos humanos. (Reuters)